Los buenos cocineros aplican la organización y limpieza, preparando los ingredientes con antelación (mise en place) y manteniendo un espacio de trabajo ordenado para la eficiencia. También dominan técnicas esenciales, como sellar la carne para caramelizarla y usar el agua de cocción de la pasta para crear emulsiones sedosas. Además, utilizan herramientas de calidad, invierten en buenos cuchillos y sartenes, y aprenden a aprovechar los ingredientes, como usar los restos para crear nuevas recetas o conservar los alimentos eficientemente.
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