* Nos creemos unos expertos en multitasking. Lo vemos como nuestra adaptación a la era digital. Con tanto por hacer, ¿cómo hacer sólo una cosa a la vez? Celular y computadora. Facebook, Gmail, Microsoft Word, Excel. Libro y televisión. Pero definitivamente, el premio del multitasking se lo lleva Whatsapp y manejar. Así como “textear y manejar” es el epítome del multitasking, también es la prueba de que no funciona.
* Sin embargo, hay tres cualidades de los baby-boomers que tenemos que tenemos que replicar (o conservar) porque funcionan: enfoque decidido, ejecución efectiva y productividad máxima.
* Para ello, hay una serie de técnicas que podemos poner en práctica, por ejemplo: la Técnica Pomodoro. La Técnica Pomodoro es una herramienta de manejo de tiempo que sugiere asignarle 30 minutos de tiempo ininterrumpido a cada tarea del día. Luego de cada tarea, se permite un descanso entre 3-5 minutos.
* Aunque la técnica fue desarrollada en 1980 con la creencia de que los descansos entre tareas proveen agilidad mental, hoy la sugiero con énfasis en los 30 minutos de tiempo ininterrumpido.
* Trabajar dentro de un sistema de bloques de atención en una tarea fija puede ayudarnos a recuperar la concentración que necesitamos y además llevarnos a salir de nuestras tareas de una en una.
* A diferencia de otros conceptos que he compartido en semanas anteriores, la Técnica Pomodoro es “nueva tecnología” para mí también. A partir de hoy lunes empezaré a enlistar mis tareas y a segmentar mi trabajo en bloques de 30 minutos.
LUNES CON EL PIE DERECHO: El mito del ´multitasking´ (o el Reto Pomodoro)
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