Emprender con éxito es más que tener una buena idea
15.09.2016
La mayoría de la gente cree que ser emprendedor consiste en tener una gran idea. Y lo es. Para empezar algo nuevo, uno necesita una idea que funcione: algo que la gente necesite, algo que querrá y, de forma más importante –al menos para la gente que invierta en la idea– algo escalable.
Pero lo que he aprendido tras entrevistar a múltiples emprendedores centrados en la consultoría, internet y el desarrollo de software es que sin la capacidad de ejecutar una idea, de convertirla en una organización viva y viable, se está condenado al fracaso. Y para muchos emprendedores que son pensadores más que hacedores, esta es una idea terrorífica.
Por ejemplo, el propietario de una empresa de software me contó lo nervioso que se ponía cuando asumía labores de venta con los clientes. Le encantaba desarrollar el producto, y también disfrutaba hablar sobre él a los potenciales compradores porque realmente creía en él. Pero cuando se trataba de vendérselo, se quedaba en blanco, se trababa y en muchos casos simplemente no intentaba cerrar la venta. El CEO de una pequeña empresa de consultoría con el que hablé se lamentó de lo difícil que le resultaba dar a conocer su empresa en conferencias y eventos de networking por su carácter tímido e introvertido. Y el CEO de una start-up de internet creía firmemente en la misión de su empresa, pero luchaba moralmente cuando hablaba con posibles empleados sobre su "sueño" sin contar toda la realidad: podrían no ingresar lo suficiente para llegar a fin de mes.
¿Cómo pueden los emprendedores centrados en ideas convertirse en ejecutores y aprender a recaudar dinero, cerrar ventas, contratar y despedira trabajadores? ¿Cómo pueden lograrlo especialmente cuando les obligue a salir de sus zonas de confort personal y profesional?
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